viernes, 22 de julio de 2011

El Defensor del Pueblo pide el cierre de los centros de extranjeros

Málaga y Algeciras no reúnen las condiciones mínimas, con graves problemas estructurales

(Noticia del Diario de Sevilla: se puede ver aqui)

El Defensor del Pueblo, en su tarea como Mecanismo Nacional de Prevención de la Tortura (MNP), ha emitido un primer informe de su actividad en el que se pide el cierre de los centros de internamiento de extranjeros (CIE) de Málaga y de Algeciras porque "no reúnen las condiciones mínimas" para el desempeño de su actividad.

Ésta es una de las recomendaciones elevadas tras realizar más de 300 visitas preventivas y sin previo aviso, en las que se incluyen centros de detención de la Policía Nacional y la Guardia Civil, cárceles, centros para menores infractores, salas de retención en puestos fronterizos y seis de los nueve centros de internamiento para extranjeros, los que tienen mayor índice de ocupación.

El informe destaca que el CIE de Málaga "no se ajusta a los parámetros exigibles a un centro de su naturaleza", tiene "graves problemas estructurales" y "debe ser cerrado y sustituirse por uno de nueva construcción".

Asimismo, Andalucía Acoge y la Asociación Pro Derechos Humanos de Andalucía expresaron ayer la coincidencia con la petición del Defensor del Pueblo. El coordinador del Área de Inmigración de Apdha, Carlos Arce, señaló que es motivo de alegría saber que instituciones oficiales "corroboren" sus reivindicaciones, pues cuando "los colectivos sociales las hacen los califican de radicales".

Además, añadió que esta petición "ya viene lejos, tanto de su parte como del Defensor del Pueblo, así como de la Fiscalía General del Estado, pues los CIE de Algeciras y Málaga presentan unas condiciones inaceptables".

Al hilo de esto, dijo que estos centros son antiguas instalaciones penitenciarias que abandonaron su anterior uso por no reunir las condiciones mínimas, "sin embargo para personas extranjeras sin son óptimas". Sobre el Centro de Internamiento de Extranjeros de Málaga, comentó que presenta "una condiciones lamentables, tanto arquitectónicas como sociosanitarias".

VARIAS ENTIDADES CRITICAN QUE EL GOBIERNO VUELVA A PEDIR PERMISO DE TRABAJO A LOS CIUDADANOS RUMANOS

Lamentan estos discursos y prácticas que culpan de la crisis a la inmigración

Andalucía Acoge, Anaquerando y Asociación Pro Derechos Humanos de Andalucía critican la decisión del Gobierno de dar marcha atrás y volver a exigir el permiso de trabajo a los ciudadanos rumanos que deseen venir a España, a pesar de ser un país miembro de la Unión Europea. Para las entidades, resulta lamentable que “la libre circulación sea realmente libre para la economía y las empresas que consiguen abultados beneficios en países como Rumanía con la externalización de sus producciones, y no para las personas”. Por ello, ve contradictorio que España critique el restablecimiento de las fronteras internas de la unión por parte de Dinamarca o Italia y, sin embargo, limite de manera indirecta el derecho a la libertad de circulación de personas.

En este sentido, las organizaciones entienden que apostar por la UE es incompatible con limitar los derechos de movilidad a los capitales y empresas, olvidando los derechos de las personas; asimismo, recuerda que los ciudadanos españoles pueden residir y trabajar en Rumanía sin restricciones, mientras que España concede y restringe los derechos de los ciudadanos rumanos según su conveniencia.

Por otro lado, las entidades solicitan mayor información sobre el impacto de esta medida sobre las personas rumanas residentes en España, y que en la actualidad residen como ciudadanos comunitarios. En este sentido, consideran que sería inviable desde un punto de vista jurídico y de garantía de derechos una vuelta atrás en el tiempo otorgándoles el estatus jurídico previo a 2009.

Asimismo, la organizaciones califican como desacertado airear este tipo de discursos y prácticas políticas que lo que hacen es señalar a las personas extranjeras como culpables de la crisis, colocándolas así en una situación aún más difícil de la que ya tienen, a pesar del impacto positivo de éstas en el desarrollo económico de España (Estudio Caixa Catalunya 2006).

Además, consideran que se produce una discriminación entre los ciudadanos de la Unión según su nacionalidad, creando ciudadanos de primera, con todos los derechos, y ciudadanos de segunda.

Ante esta situación, las tres entidades solicitan al Gobierno coherencia en la defensa de un modelo de UE basado en los derechos y libertades de las personas y no sólo en los derechos y libertades de un modelo económico que ha sido el verdadero responsable de la crisis actual.

viernes, 15 de julio de 2011

sábado, 2 de julio de 2011

Artículo en Ideal (Fermín Anguita)

Un grupo de motrileños pide justicia para los inmigrantes llegados en patera

La convocatoria de Motril Acoge expresó en la plaza de la Aurora públicamente su dolor por las muertes en el mar


Ahogarse en plena noche les dio un protagonismo mediático que ellos nunca hubiesen querido. Al día siguiente les sepultaron en un nicho numerado y sin nombre, presto para no pasar a ninguna historia. Un día después ya son olvido y nadie sabe ni conocerá nunca que ese muerto huérfano de personalidad física era padre, hermano o hijo. Era niño, bebé. Mujer luchadora o enamorada de los suyos. Es el fin a secas. Después de la noticia de su enésima desgracia llega el archivo eterno de una tragedia.
Frente a la costa de Motril, frente a las palmeras y el sueño turístico se hunden entre llantos, cada año, otros sueños a los que no hacemos apenas caso: los de dar de comer a los tuyos, los de poder vivir.

Ese fin del mundo al que, casi diariamente, se enfrentan los ocupantes de pateras atestadas de miedo y angustia se diluye en la sociedad del bienestar que se alza en la otra orilla. Tan real como la vida misma, la vida que se hunde en el mar parece no importar a nadie, salvo a un puñado de 'locos' solidarios. «Esto es lo mínimo que podemos hacer por esos muertos, lo mínimo.» argumenta o más bien proclama Ángel Alonso, uno de tantísimos motrileños que se adhieren a la causa que humanitariamente despliega la asociación Motril Acoge, un puerto de calor y solidaridad al que arriban cada año no pocos inmigrantes totalmente desubicados y temerosos de todo y todos.
Ángel, como otros muchos, se reunió en la céntrica plaza de la Aurora de Motril el pasado jueves por la tarde para clamar por algo tan hermoso como «Por un mar de solidaridad, ni una muerte más». El estar allí ya era suficiente gesto contra el olvido y como grito apagado contra la indiferencia. «Yo sé que no podemos cambiar las estructuras de la noche a la mañana, pero el venir a esta concentración ya es un importante grano de arena», decía Miguel Salinas, otro de los integrantes de Motril Acoge quien, desde su experiencia en la Hoac, no cesa de apelar a una conciencia social que debe exteriorizarse aunque sea en actos aparentemente poco respaldados o seguidos por el público. «Pero yo estoy convencido de que hay muchas más personas sensibilizadas que las que hoy estamos aquí».
Se despliegan otras pequeñas pancartas que hablan de justicia, de solidaridad, otra vez de sueños. Alguien habla de ataúdes que irán directos a la fosa no solo del olvido, sino del desconocimiento y la indiferencia.
Voluntarios
Es la trilogía del desierto: desierto verde-desierto amarillo-desierto azul convertido en negro para los que no llegan a alcanzar el otro lado. El abogado y edil de IU Felipe Villa se lamenta de la «insensibilización» tan inmensa que ha terminado por rodear a hechos tan trágicos como las muertes en el mar de Alborán. «Lo menos que podemos hacer por ellos es salir a la calle y expresar públicamente nuestra solidaridad», decía Villa quien desde hace una década impulsa unas jornadas anuales de inmigración que, paradójicamente, son un referente nacional pero que en Motril pasan un tanto desapercibidas. «Eso sí, yo le pido a mucha gente que se pongan por un momento en la piel de quienes lo pierden todo e incluso ven ahogarse a los suyos, a partir de ahí es cuando empezamos a comprender», comenta.
La tarde va cayendo y un grupo de personas, a quienes sí importan esas muertes, se dedican a repartir manifiestos, a plegar pancartas que volverán a desplegarse la próxima vez que un futuro se hunda como un ancla a pocas millas de 'El Dorado' andaluz.
«Ese niño que murió hace unos días, se merecería al menos un beso de despedida en la frente...», dice, explica, reza o proclama la llamada social que lanza Motril Acoge. No es una frase gratuita que quiera conseguir una lágrima fácil, sino una exigencia de 'Justicia' que gritan cada vez más personas.